Declararse insolvente es el primer paso para encontrar una salida por parte de aquellas personas que se encuentran inmersas en serios problemas económicos y financieros. Por eso, desde Sello Legal queremos dejar claro qué implicaciones tiene y cómo se lleva a cabo este procedimiento.
Se trata de un procedimiento importante porque es el principal requisito y el primer paso para acogerse a la ley de segunda oportunidad, una herramienta muy útil para autónomos y particulares que necesitan cancelar total o parcialmente sus deudas.
¿Qué es la insolvencia y ser insolvente?
Comenzamos definiendo la insolvencia económica: es la situación en la que una persona o empresa deja de tener capacidad para hacer frente a sus obligaciones de pago. Es decir, se vuelve incapaz de pagar sus deudas porque estas superan a sus activos o porque no tiene suficiente liquidez. Y no tiene por qué ser el resultado de una mala gestión, sino simplemente deberse a uno o varios imprevistos, a una crisis económica o a una pérdida repentina de los ingresos, por ejemplo. En otras palabras: puede pasarle a cualquiera.
Sin embargo, encontrarse en situación de insolvencia no significa necesariamente ser insolvente. Esto último responde a un estado legal muy concreto, en el que se reconoce judicialmente a una empresa o persona como incapaz de hacer frente a sus obligaciones económicas.
Los requisitos para declararse insolvente
Sólo hay un requisito a la hora de declararse insolvente en España y es el de acreditar/demostrar la incapacidad para saldar las deudas pendientes. Este estado legal es un juez el que tiene que confirmarlo, analizando tanto la insolvencia actual como la futura.
El procedimiento: pasos a seguir para declararse insolvente
Como ya hemos dicho, ser insolvente es una calificación legal que depende de los juzgados mercantiles correspondientes. Para llegar a este punto, lo primero es hacer acopio de la máxima documentación posible que sirva para acreditar la insolvencia. Los documentos que aquí son necesarios son los mismos que en los procedimientos de la segunda oportunidad.
Después, con la ayuda de un abogado tendrás que presentar una declaración de insolvencia, sobre la que el juez tomará una u otra decisión.
“Tras la solicitud, si se determina judicialmente la insolvencia se abre el camino hacia la cancelación de las deudas o, al menos, a su renegociación o aplazamiento.”
Ventajas e inconvenientes de declararse insolvente
Declararse insolvente tiene una serie de ventajas, pero también algunos inconvenientes. Comenzamos por las primeras:
- Abre la posibilidad de cancelar hasta el 100% de las deudas pendientes de pago, siempre que sean privadas. En el caso de las deudas con Hacienda y la Seguridad Social, la cancelación puede llegar hasta los 10.000 euros.
- Ofrece protección legal ante los acreedores.
- Se paralizan los embargos y se terminan los posibles acosos que se estuvieran recibiendo por parte de algunos acreedores para cobrar la deuda.
- El nombre del deudor desaparece de los ficheros de morosos.
En cuanto a los posibles inconvenientes de declararse insolvente, son los siguientes:
- Ciertas restricciones en el crédito y otras limitaciones económicas a largo plazo.
- La vivienda habitual está protegida en el proceso, pero hay que cumplir ciertos requisitos.
- A pesar de la insolvencia, hay algunos gastos que siempre hay que afrontar al iniciar una declaración de insolvencia.
Por estos motivos, muchas personas se preguntan si merece la pena o no solicitar la declaración de insolvencia. En Sello Legal, analizamos tu situación particular y te asesoramos para que no des ningún paso en falso. Aunque es cierto que, en la mayoría de los casos, esta es la mejor solución y el primer paso a seguir para poder empezar de cero.
Bibliografía
- Cuberos Gómez, G. (2005). Insolvencia: evolución de un concepto. https://repositorio.uniandes.edu.co
- Casas, M. C. (2015). El nuevo régimen de segunda oportunidad para la persona física insolvente. Número 6, Época I, Enero 2015-Junio 2015. https://www.iurelicet.com