A raíz de los estragos que la crisis de 2008 provocó en el empleo y en los hogares de España y de toda Europa, la UE tomó una decisión. Con el objetivo de impedir que un colapso de ese calibre volviera a tener tan nefastas consecuencias, instó a los países miembro a crear sistemas de ayuda propios dirigidos a entidades y personas sobreendeudadas. Es en este contexto en el que ve la luz la ley de segunda oportunidad.
La naturaleza de esta iniciativa debía ser la voluntad de proporcionar a los deudores una ‘segunda oportunidad’ para empezar de cero, después de haber hecho lo posible por saldar sus deudas. Es decir, tras liquidar todo su patrimonio disponible. Hasta ese momento, si después de quedarse sin nada el deudor seguía debiendo dinero, la obligación de devolverlo permanecía. Y esto debía cambiar.
La llegada de la segunda oportunidad a España
Mecanismos similares ya existían desde hacía tiempo en otros lugares, como EE.UU. o Reino Unido. En nuestro país, en cambio, no había nada parecido.
Con la llegada del mecanismo de segunda oportunidad a España en 2015, se instauraba un mecanismo que permitía a los deudores olvidarse de sus deudas pendientes si demostraban buena fe y haberlo intentado todo para pagarlas.
Sin embargo, la aprobación de esta ley no tuvo el éxito que podía esperarse. En ese año, solo 800 personas dieron el paso de acogerse a la segunda oportunidad. Una cifra que choca mucho con la de la morosidad española por aquel entonce: según el Banco de España, se situaba en el 10%.
Hubo que esperar varios años para que, poco a poco, la ley fuera conociéndose y ganándose la confianza de los particulares.
La evolución de la ley, con cifras
Podemos tomar como referencia los datos que ofrece en su informe trimestral el Consejo General del Poder Judicial. Según este órgano, en 2016 se contabilizaron 1.579 concursos de acreedores promovidos por personas físicas, mientras que la cifra en 2020 llegaba a los 6.874 concursos. Y aún más sorprendente es el último dato del que se tiene constancia a día de hoy: durante los 9 primeros meses de 2021, se presentaron 7.402 concursos. Un número que, además, supera también a los procedimientos de este tipo presentados por empresas: son casi mil más.
Podemos concluir, en base a estas últimas cifras, que la utilidad de la segunda oportunidad se está reconociendo cada vez más. Y es que, por su parte, el Instituto Nacional de Estadística (INE) nos informa de que son más de 15.000 personas las que se han acogido desde su creación a la segunda oportunidad.
Si nos fijamos en otro dato, la cantidad de deuda que se ha exonerado, las cifras también son significativas. Según señalan algunos expertos, el importe total podría llegar a los 60 millones de euros, de los que una buena parte (más de 30) corresponderían enteramente al ejercicio de 2021.
Un largo camino aún por recorrer
Sin duda, la labor divulgativa que han realizado profesionales y medios de comunicación ha contribuido a que cada vez más gente conozca las ventajas de la segunda oportunidad. Pero tenemos que decir que a nivel europeo el aprovechamiento que se hace de esta clase de procedimientos es mucho más evidente. Por ejemplo, en Francia el mecanismo ha ayudado ya a más de 160.000 personas (aunque este dato incluye tanto a particulares como a empresas).
En Sello Legal confiamos plenamente en las posibilidades que ofrece la segunda oportunidad. Si tienes dudas, contacta con nosotros y estudiaremos tu caso sin compromiso.