En sus momentos más álgidos de popularidad y también hoy en día, podemos encontrar ofertas de tarjetas revolving en prácticamente cualquier tipo de establecimiento. Y es que hay pocos gastos que no se puedan fraccionar gracias a este producto financiero.
Sin embargo, no siempre es igual de recomendable recurrir a este tipo de tarjetas de crédito para hacer compras de forma más cómoda. A continuación, te aconsejamos cómo utilizar tu tarjeta revolving si ya la has contratado y quieres evitar caer en un peligroso sobreendeudamiento.
Los gastos que más comúnmente se afrontar con tarjetas revolving
Puede que creas que solo los bancos ofrecen tarjetas revolving para aplazar el pago de tus compras, pero nada más lejos de la realidad. Es realmente frecuente ver cómo en los más grandes supermercados, por ejemplo, venden sus propias revolving para sufragar la compra de sus productos más caros.
Las agencias de viajes, por su parte, también suelen proponer esta solución a sus clientes, asociándola a múltiples ventajas. De este modo, consiguen ofrecerte el viaje de tus sueños a un precio aparentemente irrisorio, pero que en la práctica tardarás mucho tiempo en terminar de pagar.
Otro negocio que suele recurrir a la venta de estas tarjetas son las gasolineras. La mayoría de ellas las ofrece cuando el cliente llena su depósito y usando como gancho un suculento descuento. Sin embargo, su objetivo es otro: que utilices la tarjeta revolving para otras compras para las que, obviamente, no hay descuento alguno. Al contrario, lo que se genera con su uso es un crecimiento innecesario de la deuda contraída por el usuario. Esto es algo similar a lo que ocurre cuando se venden las tarjetas revolving como método para obtener un descuento al contratar un préstamo hipotecario.
Detrás de estos ejemplos que parece que solo buscan ayudar al cliente se esconde un riesgo que ya ha sido detectado por numerosas autoridades y asociaciones de consumidores. Y es que esos cómodos plazos de amortización de la deuda van ligados a unos intereses altísimos, que hacen que la deuda (que en origen no es muy alta) se eternice en el tiempo.
Sigue estos consejos para pagar de manera segura con tu tarjeta revolving
Como ves, a pesar de todos los riesgos que conllevan, las tarjetas revolving siguen siendo un reclamo para quienes buscan ahorrar dinero con sus compras. Pero, lamentablemente, lo que ocurre después tiene poco que ver con el ahorro. Para que su espiral de deuda no te atrape a ti también, te animamos a seguir estas pautas a la hora de usar tu tarjeta revolving:
- Financia solo aquellas compras puntuales de importes grandes que te resulte más cómodo pagar a plazos (por ejemplo, una nevera de 500 euros).
- Descarta usarlas como un método de pago para tus compras diarias.
- Intenta destinar estas tarjetas a hacer compras que sí podrías pagar, pero que prefieres aplazar.
- Por el contrario, si estás pensando en pagar con tu tarjeta revolving un gasto que ahora mismo no podrías asumir (por ejemplo, unas vacaciones de 4.000 euros), es mejor que lo descartes y busques otro método de financiación, como pueden ser los préstamos personales.
Desde Sello Legal Abogados recordamos que las tarjetas revolving son útiles únicamente como instrumento para hacernos la vida más fácil, y no como un método para hacer compras que nuestras finanzas, en realidad, no pueden soportar. Si las usamos de otra forma, lo único que conseguiremos es endeudarnos a largo plazo, por culpa de tener que pagar además del dinero prestado unos muy altos intereses.
