Las tarjetas revolving también conocidas como de crédito renovable o rotativo son un tipo muy especial de tarjeta de crédito que se ha hecho muy popular en los últimos años debido a su flexibilidad y a la facilidad de crédito rápido que ofrecen. Sin embargo, se han ganado el apelativo de ‘revolving’ por sus particulares características que han hecho que miles de usuarios hayan tenido que reclamar estas tarjetas por resultar ser abusivas y usurarias.
Te contamos qué hay detrás de estas tarjetas y su funcionamiento, a continuación.
¿Qué son las tarjetas revolving?
Las tarjetas revolving son una forma específica de tarjeta de crédito que ofrece la posibilidad de aplazar la deuda pendiente de un mes a otro. A diferencia de las tarjetas de crédito tradicionales, con las que los usuarios deben pagar la deuda completa al final de cada ciclo de facturación, las tarjetas revolving permiten realizar pagos mensuales que no cubren del todo la deuda contraída.
El término ‘revolving’ se refiere a la naturaleza rotativa de estas tarjetas: sus usuarios pueden continuar utilizando la línea de crédito indefinidamente, lo que les da una falsa sensación de liquidez y provoca que la deuda vaya creciendo y multiplicándose sin parar.
¿Cómo funcionan las tarjetas revolving?
Cuando se aprueba una tarjeta revolving, el banco emisor establece una línea de crédito para el titular, que será la cantidad máxima que podrá gastar con esa tarjeta.
Gaste lo que gaste cada mes, lo que deberá devolver no es el importe que ha utilizado, sino el pago mínimo que figura en el contrato. Este importe mínimo suele ser una proporción de la deuda pendiente más los intereses acumulados y, aunque puede variar según la política del banco, generalmente es un porcentaje pequeño que ronda el 2% o el 3%.
Cada mes, por lo tanto, el usuario mantiene pendiente una deuda que se suma a la del mes siguiente, generando una espiral de endeudamiento abultada por los altos intereses de estas tarjetas.
Hay que entender que, al no pagar el saldo pendiente por completo, se aplican siempre los intereses previstos a la deuda restante, de modo que los intereses se acumulan mensualmente. Sin embargo, de esto no se suelen dar cuenta los usuarios, ya que la línea de crédito disponible se recupera gradualmente a medida que se van abonando las pequeñas cuotas de la tarjeta.
En resumen, como los consumidores continúan utilizando la tarjeta para hacer más compras, la deuda pendiente crece con el tiempo debido a los intereses acumulados, ya que las cuotas mensuales nunca llegan a cubrirlos por completo.
Supuestas ‘ventajas’ de las tarjetas revolving
En esto se escudan las entidades financieras para promocionar sus tarjetas revolving:
- Flexibilidad de pago: las cuotas son realmente pequeñas, lo que puede ser útil en momentos de necesidad financiera.
- Acceso a crédito continuo: se puede seguir utilizando la línea de crédito disponible siempre.
Riesgos de las tarjetas revolving
Al contrario, debemos alertar sobre los peligros que esconden las tarjetas revolving:
- Elevados intereses: las tasas de interés de las tarjetas revolving suelen ser más altas que las de otros tipos de crédito (llegando a superar el 20%).
- Acumulación de la deuda: la facilidad de seguir gastando puede llevar a la acumulación de deudas y hacer que sea difícil pagar lo que se debe.
- Costes ocultos: además de los intereses, las tarjetas revolving pueden tener gastos adicionales, como cargos por retiros de efectivo o seguros.
- Impacto en el historial crediticio: si no se gestionan de forma responsable, las tarjetas revolving pueden acabar dañando el historial crediticio del usuario y dificultar su obtención de crédito en el futuro.
En resumen, desde Sello Legal siempre alertamos de los riesgos de las tarjetas revolving, ya que estos suelen ser más peligrosos que positivas son sus ventajas.
Por todo esto, antes de solicitar una tarjeta revolving, es esencial comprender totalmente sus términos y condiciones, así como saber evaluar si se adapta a tus necesidades financieras y a tu capacidad de pago.