Aunque cualquier titular de una tarjeta revolving tiene derecho a dejar de pagar las cuotas si considera que existe abusividad en alguna de las cláusulas, esto no es siempre lo más recomendable. Recordemos que, hasta que se resuelva el contrato o hasta que un juez indique lo contrario, los usuarios de tarjetas revolving tienen unas obligaciones de pago que han de cumplir y, si no, tendrán que hacer frente a una serie de consecuencias. Estas son las más importantes:
Acoso telefónico por parte de la entidad
Cuando un cliente deja de pagar las cuotas de su tarjeta revolving, no es extraño que comience a recibir llamadas en las que se le insta a abonar la deuda pendiente para evitar embargos o incluso posibles acciones judiciales. Son llamadas que pueden llegar a ser muy insistentes y molestas. Por eso, muchas personas, coaccionadas, deciden entonces volver a pagar sus cuotas. Pero esta no es una decisión que deba tomarse únicamente por la presión recibida.
Bloqueo de la tarjeta
El bloqueo de la tarjeta revolving es otra acción que suelen llevar a cabo las entidades financieras en los casos de impago. De esta forma, el cliente deja de poder utilizar la tarjeta, pero sin embargo los intereses siguen creciendo sin parar, hasta que se alcance un acuerdo o se anule judicialmente el contrato.
Inclusión en ficheros de morosos
Otra medida de presión con importantes consecuencias es la inclusión del deudor en los ficheros de morosos, que son listas que las empresas de crédito consultan antes de conceder un préstamo. Ten en cuenta que si tu nombre figura en alguno de estos ficheros, como RAI o ASNEF, es muy probable que no tengas acceso a ningún crédito hasta que consigas salir.
Incremento todavía mayor de los intereses
Al no pagar las cuotas de tu tarjeta revolving, al importe de tu deuda se añadirán también los intereses moratorios, que aumentan con el tiempo si sigues sin abonar tu deuda. Por esta razón, solo recomendamos dejar de pagar las cuotas de la tarjeta en aquellos casos en los que estamos seguros de poder demostrar que existe abusividad o usura. De lo contrario, el usuario podría resultar realmente perjudicado.
Posibles acciones judiciales
Paralelamente al resto de medidas, tu entidad financiera puede iniciar acciones judiciales contra ti. Por ejemplo, puede exigirte mediante juicio monitorio que pagues tu deuda y, si no lo haces, solicitar el embargo de tus bienes.
No obstante, si has sido rápido, te has adelantado y has presentado una reclamación antes de que ellos den el paso, tu proceso judicial será el que prevalezca y el banco no podrá realizar ninguna acción contra ti hasta que se resuelva.
Sabemos que los procesos de reclamación por tarjeta revolving suelen alargarse en el tiempo y que dejar de pagar es en muchos casos la única opción. Sin embargo, desde Sello Legal recomendamos intentar evitarlo, para no tener que hacer frente a alguna o varias de las consecuencias que hemos comentado. Si crees que tu contrato revolving no es justo, consúltanos y te ayudaremos a reclamarlo con todas las garantías.