Inmersos en una de las épocas del año de mayor consumo por parte de las familias en nuestro país. A las incontables y caras comidas navideñas se suman los innumerables regalos que hay que preparar para amigos y familiares, y a los que muchas personas no tendrían acceso si no fuera por la posibilidad de financiar sus compras. Es una opción, pero no siempre se recomienda, ya que hay armas de doble filo como las tarjetas revolving que, lejos de ayudarnos, pueden terminar fastidiándonos las fiestas.
Para que te hagas una idea de hasta dónde llegan sus riesgos, entre los días 15 de diciembre de 2021 y 6 de enero de 2022, por ejemplo, se produjo incremento del 90% en las reclamaciones por tarjetas revolving abusivas, con respecto a las mismas fechas del anterior periodo.
¿Por qué hay que tener especial cuidado en Navidad?
Durante estos días el gasto de los hogares sufre un aumento exponencial. Por ello, hay quienes pueden verse tentados a recurrir a este producto financiero para que nada les falte en estas fiestas tan especiales. El problema es que, en ocasiones, los usuarios contratan un crédito revolving incluso sin saberlo o bien sin conocer realmente cuáles son las verdaderas consecuencias para sus finanzas.
Por este motivo, igual que alertamos acerca del peligro que hay detrás del Black Friday, nos gustaría recordarte que es importante que intentes evitar la contratación de estas tarjetas durante estos días a toda costa. No decimos que no deban usarse nunca, pero lo menos aconsejable es tomar la decisión presionados por una necesidad urgente y sin estudiar bien todos los detalles del contrato.
Así es cómo puede ‘atraparte’ una tarjeta revolving en Navidad
Con una tarjeta revolving, el titular realiza sus compras sin preocuparse en ese momento por su coste, ya que lo puede afrontar en muy cómodos plazos e ir devolviéndolo mes a mes. El problema es que esta devolución del dinero prestado es parcial, de modo que la deuda crece conforme pasa el tiempo y también lo hacen los usualmente altos intereses que acompañan a estos créditos. En consecuencia, la deuda que se contrae no deja de aumentar, incluso aunque los usuarios cumplan puntualmente con el pago de todas las cuotas, de modo que muchos de ellos se ven finalmente envueltos en una auténtica trampa financiera de la que, cuando son conscientes, ya no son capaces de escapar.
En otras palabras: aunque en un principio te pueda parecer que una tarjeta revolving es una solución rápida ante la falta de liquidez en épocas de gastos, en realidad su complejo funcionamiento y sus elevadísimos intereses (normalmente, se encuentran entre el 20% y el 25%), la convierten más en un peligro que en una ayuda.Por todas estas razones, y aprovechando las fechas en las que nos encontramos, desde Sello Legal insistimos una vez más en la necesidad de recurrir a otro tipo de financiación para hacer frente a tus gastos. Y, si decides finalmente contratar una tarjeta revolving, no olvides estudiar bien la oferta que te haga la entidad y llevar un riguroso control de tus gastos. Y, por supuesto, si detectas cualquier falta de transparencia o claridad por parte de tu banco, piénsatelo dos veces.